lunes, 27 de junio de 2011

es que es medio oso, tambien iverna


Tardé un par de días en conocer bien todos los puntos más importantes de Forks, estaban todos separados unos de otros. Pero la peor sorpresa para mí, fue la central de policía, Donde estaba Charlie, Charlie Swann  solo lo salude con la mano desde fuera, y el  también a mí. Luego fui a matricularme a mí y a Jessie al instituto, era un instituto agradable y tranquilo, y parecía que cada uno iba a su tema, mejor, así no tendría que narrar mi terrorífico drama familiar. De vuelta compré algo en el súper, lo necesario, agua, comida, algunas pilas pero sobre todo y lo más indispensable que nunca podía faltar en mi carrito de la compra eran las uvas, Jessie se alimentaba básicamente de uvas, todo lo arreglaba con uvas, y como las verdes eran sus favoritas y estaban de oferta cogí un gran racimo , intente volver a casa antes de que Jessie se levantara, había salido temprano a eso de las siete y Jesse es de los  que optan por calentar la cama lo máximo posible. Pero el coche se me quedo parado en la curva anterior a la carretera que llegaba a casa, casi enfrente de la casa misteriosa, tuve que bajarme y abrir el capó, no es que fuera una lerda, pero no tenía demasiada practica en motores de deportivos, menos aun si el deportivo era el más adorado por tu padre. El jaguar plateado de papá era para mí, y como el porsche de mamá había quedado simplemente siniestro el  que Jesse conduciría a los dieciséis seria un  fantástico Volkswagen eos en blanco, pero no era el momento de repasar el inventario automovilístico. Me estresó ver aquello todo lleno de humo y vapor. ¡Qué iba  a hacer ahora! Saque el móvil, intenté llamar a Jesse, pero no había cobertura, malditas blackberrys, Miré a mi alrededor, no había nada. Después de un buen rato esperando  a ver si algún coche aparecía, que no apareció ninguno por cierto, salió de la casa un hombre, era un hombre extraño, pero interesante con el pelo muy rubio, que le daba un toque serio y los ojos color ámbar, nunca había visto ojos de ese color, gracias a dios se acerco a mí. Contuvo una risa al verme tan estresada.
-Buenos días.- me tendió la mano- Carlisle Cullen.
- Hola, Kaeileh, Kaeileh Wild.- se sorprendió al oír mi nombre, aunque supo disimular bien.
- veo que tienes problemas, ¿necesitas ayuda?- chequeó el coche con la vista.
- si pudiera dejarme su móvil para llamar a la grúa…- intente sonar convincente.
- no creo que eso haga falta.- un chico joven, y alto, y muy blanco, y muy fuerte y… muy de todo, ¿sería su…¿hijo? Se coloco tras el con las manos en los bolsillos
-Oh, Kaeileh, este es Emmett, mi hijo.- el sonrió tendiéndome la mano. Que estaba fría por cierto, aunque eso no fuera un problema para mí. Pero tanto la del padre como la del hijo, lo estaban realmente mucho.

-¿puedo echar un vistazo?- pregunto Emmett remangándose la camisa.
- por favor- dije dando un paso atrás. Me sorprendió notar otro coche a l lado del mío solo que en dirección contraria.
- siento estas malas presentaciones, pero llego tarde, encantado de conocerte- Carlisle se alejo demasiado rápido como para que pudiera ver en coche lo hacía.
Me agradó mucho la cara de concentración de Emmett mientras lo toqueteaba todo.
-Es un coche fantástico, debió de costarte una fortuna.
- En realidad era de mi… fue un regalo de despedida.- no me hubiera gustado que él me viera llorar.
- Solo le falta algo de aceite, y un poco de líquido refrigerante.- dejo de mirarme para mirar la carretera como atontado. Yo me volví  y vi a Jessie correr hasta nosotros. Estaba tan gracioso con su suéter verde y el cuello de la camisa mal colocado.
-¿Qué haces aquí?- me sorprendió bastante verle despierto tan temprano.
-¿Qué pasa, no te alegras de verme?- se acerco poniéndose a mi lado.
-es que me sorprende verte madrugar tanto- bromeé-
-¿madrugar?- Emmett estaba bastante asombrado, la verdad, es que visto de fuera sí que era raro, para Jessie madrugar era levantarse a las once de la mañana como pronto y eran las diez y media
-Es que es medio oso, también iverna. – bromeé revolviéndole el pelo.
-¿Qué le has hecho?- preguntó, agachándose para mirar junto a Emmett, en ese momento lo perdí, a él y a Emmett, enseguida comenzaron a hablar sobre coches, motores, pistones… Luego se pusieron de acuerdo y empujaron el coche hasta el garaje de los Cullen, sin decirme nada, Estábamos en el porche justo delante de la puerta  cuando la abrieron derrepente. Incluso antes de que nadie tocara el timbre. Era una chica realmente escultural, con un pelo rubio precioso que resaltaba su palidez, me sentía como en casa entonces, por fin alguien que estaba a mi altura, aun que sería irónico decir eso con esa diosa frente a mí. Con el mismo ámbar en los ojos de Carlisle y Emmett, ¿a qué venía eso? Quizá también fueran hermanos, lo que me sacó de dudas fue lo que pasó a continuación. Se besaron, se besaron mucho y muy apasionadamente, hacían un pareja tan realmente perfecta y contradictoria, Ella tan fina y Translucida, y el tan fuerte e… impenetrable. Cuando hubieron acabado me miro con los ojos escrutándome.
-Esta es Kaeileh, La vecina- se miraron un segundo, tan corto, pero con tanto significado… como si se leyeran la mente. Luego ella me miró y sonrió, algo falsa, a quien le sonrió de verdad fue a Jessie.
- oh, este es…
- Jesse, Encantado- le sonrió pícaro. ella lo miraba como si fuera un peluche que tuviera que abrazar.
-Pasad.- hasta su voz era bonita. Maldita envidia sana… Nos sentamos en un enorme salón de madera y muebles blancos, me sentía como una tienda de muebles, todo tan bien decorado… Ahora que lo miraba más detalladamente, si que parecía un peluche que una debía abrazar, aunque fuera un adolescente parecía un niño, además de comportarse como uno. Por un Arco enorme que llevaría a lo que yo creo que sería la cocina, Entró una mujer realmente despampanante, Con el pelo color caramelo y los ojos, también, color ámbar, con una sonrisa muy dulce y agradable.
-Encantada.- beso la mejilla de Jessie, y sé que suena raro pero fue algo con un aire tan maternal…, Luego me tendió la mano a mí,
- Yo soy Esme, la esposa de Carlisle, encantada. Tú debes de ser Kaeileh, Bella nos ha hablado mucho de ti. No pude evitar que mi sonrisa se borrara.
-¿qu... quien?- ¿Qué sabía ella de mi.
-oh, Jacob le conto a Bella que  todo no iba bien por tu casa.
-pero… el me dijo… que estaba muerta.- ella se sorprendió al principio.
- el se lo dijo, mucho antes de eso…
- oh, lo siento tanto…
- tranquila. – Emmett entro junto a la chica Rubia.
- Esto está listo.- me puso las llaves en las manos.
- Siento no haberme presentado antes.- La rubia me tendió la mano- soy Rosalie.
- Encantada, siento que hayamos tenido que conocernos así.¡dios mio! Tengo que irme, hay muchos congelados en el maletero.- Esme nos acompañó a la puerta y nos despidió con la mano.
- ¿volverás?- bromeó.
- Téngalo seguro,- Jessie rió- ¡Gracias señora Cullen!- nos despedidos con la mano y nos fuimos a casa, gracias a dios teníamos unos vecinos encantadores

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