martes, 28 de junio de 2011

porque... me morire


   Llevábamos una semana de clase, era divertido, Jessie, ya tenía algo así como una novia, se llamaba Hayley, de lo mas mona, y yo había encontrado una especie de compañera genial Llamada Alicia y por consecuente a un amigo suyo llamado Law (rence). Luego conoci a un chico de lo más simpático llamado Jack, compartíamos biología,  literatura y física. Ese fin de semana iba a ser realmente genial. Los padres de Hayley la habían dejado ir a cenar a mi casa el día 25 por la tarde, que ellos tenían cena de empresa. Y Jack se vino porque sus padres tenían que ir a recoger a unos familiares a nueva york y no volverían hasta el 26 por la noche, es decir el 27. Sería una semana navideña entretenidísima. Desde las tres, Jessie y yo estuvimos medio cocinando. Acabamos por desistir la misión, solo pudimos hacer galletas con chocolate y caritas felices con sombreros de navidad, estaban sobre la encimera humeantes, mientras nosotros jugábamos a sacarnos fotos yo con mi cámara y el con la suya. 

Repochados en el sillón. Con un gorro de navidad cada uno. O algo así..  El primero en llegar fue Jack, coloco su regalo bajo el árbol, habíamos quedado en que ese año abriríamos los regalos el 27. Coloco dos cajas, una un paquete fino y cuadrado, supongo que un disco, y el otro era una caja plana y rectangular. No sé que era cada uno pero yo tenía cuatro regalos. El de Jack era una camisa de cuadros que vimos un día mientras dábamos una vuelta por el centro comercial. A Hayley un cinturón mío que  le había gustado, y como yo no me lo ponía hace mucho y solo había de esos en Neilton, se lo metí en una cajita y lo deje bajo el árbol, a Jesse le deje dos regalos ese día, unas zapatillas que vio la primera vez que dimos una vuelta por el centro y les echó el ojo.  Y unos cascos nuevos, amarillos, ya que le gustaba todo lo que fuera, preferiblemente, fluorescente, Jessie dejó tres paquetes, uno cuadrado, otro rectangular, y el otro pequeño, que no podía considerarse ni siquiera una caja pequeña. Después de eso seguimos sacándonos fotos los tres juntos. Luego pusimos música y bailamos, si se le podía llamar así durante al menos media hora. Luego Alicia y Law llegaron de improvisto y aunque no bailaron bromearon sentados en el sillón, y un rato después de la incursión de Alicia y Law llegó Hayley y enseguida Jessie se aparto con ella. Después de beber algunas cervezas y un poco de refresco nos acordamos de que no había comida, pedimos comida china y dos pizzas, por si acaso. Cenamos a eso de las nueve. Y luego encendimos la tele, Alicia y Law se quedaron a ver una peli de estreno que había y Jack y yo decidimos salir al patio trasero, antes de llegar pude ver a Jessie besar a Hayley en la hamaca metálica  del porche. Lo primero  que se nos ocurrió hacer fue acostarnos, de espaldas a la piscina,  sobre el césped, eso era tan genial, me gustaba sentir la mirada de Jack sobre mí, Cerré los ojos y crucé las piernas, Jack se movió, pero estaba tan a gusto que no me apetecía abrir los ojos. Algo me hizo cosquillas en la mejilla. Era algo frio. Y suave.
- ¿Qué haces?- no puede evitar sonreír.
- compruebo la suavidad del césped, con algo tan suave como él.
- am… ¿gracias?- bromeé.
- Kaeileh.- ¿Por qué hablaba tan bajito? Me encantaba…
- si…
- me haces un favor.
- claro.
- no te muevas.
-¿Por qué?
- porque estas demasiado perfecta así.- no puede evitar sonreír.- retiro lo dicho.
- estás loco-dije buscando su mano.
- Kaeileh.
-que.
- me haces otro favor.
- que si…- ¿¡por que no podía evitar reírme!?
- no abras los ojos.
-¿Por qué?
-porque… me moriré.
-¿Por qué?-  creo que nunca en mi existencia me había sentido tan feliz de preguntar algo. Su respuesta fue su risa. Y luego se quedo quieto, lo siguiente que pude notar fueron sus labios  sobre los míos, respiraba tan despacio inclinado sobre mí… su mano estaba tan perfectamente colocada sobre mi cintura… sentí que había sido creada para que la colocaran allí. Yo puse mi mano en su cuello, y pude sentir la suavidad de su fino cabello rubio, lo gracioso es que el también acariciaba el mío .Con mi otra mano toque su costado, aquello era tan absolutamente perfecto, simplemente… perfecto… creo que nací para que me besara Jack. Y aunque hacía un frio terrible, aquel lugar seguía cálido, a nuestro alrededor, lo estaba. Me fui irguiendo poco a poco, hasta que fue Jack quien estaba en el suelo, Cogí su mano mientras el jugueteaba con mi pelo. Me costó mucho separar nuestros labios, tanto que cuando lo hice permanecí con los ojos cerrados, por si aquello no era real, supe que el también, supe que sentía lo mismo. Y por un impulso, quizá un acto reflejo, toque sus labios con el dedo. No pude evitar sonreír. Le bese brevemente de nuevo y recosté mi cabeza en su hombro, y rodeé su pecho con el brazo.
- Jack.- no sabía que mi voz pudiera sonar tan bajo.
- ¿sí?
- pídeme los favores que quieras- rió, y fue una risa preciosa.
- kaeileh.
- ¿sí?
- de ahora en adelante, ya no serán favores.
- ¿ha no?
- no.
-¿y eso porque…?
- porque ya no te pediré permiso- entonces me besó de nuevo, luego nos levantamos y volvimos a dentro, Alicia y Law tenían que irse se despidió a eso de las diez y media.  Asique aprovechamos para abrir los regalos. Yo me senté junto al árbol y fui entregando lo regalos, el primero que pillé fue el de Jessie, y era mío.
-para ti- le tendí la caja y la abrió despacito, le encantaron las zapatillas, tanto que se las colgó del cuello anudándose los cordones
- son… ¡son geniales!- me abrazo. Y volvió a su sitio junto a Hayley. El siguiente era de Jack.
- toma- lo cogió despacito, lo agitó junto a su oreja, y luego lo abrió. Era un disco de linking park, chocó nudillos con Jessie. El siguiente era de Hayley. Era el mío.
- se que te gusta mucho, más te vale darle uso.- bromeé. Ella lo acepto sonriente. Y al ver que era mi cinturón me abrazo. El siguiente también era suyo, era la cajita. La abrió despacito, era un colgante en forma de corazón  con una foto de los dos haciendo tonterías. El siguiente era para mí. ¡Por fin!, era de Jessie. Era el paquete cuadrado. Yo también lo meneé. Pero no daba pistas, lo abrí, eran unos zapatos de tacón bajo, rosa chicle que me encantaban.
- son ¡preciosos! Me los pondría, pero se me congelarían los pies.- El siguiente era de Jessie, de Jack. Era un disco de nirvana. Lo puso nada más abrir el papel de envoltorio. El siguiente era para Jack, era el mío. Le encanto la camisa, además le quedaba de muerte el azul. Se quito el suéter y se la puso allí mismo. El siguiente era para mí, de Hayley, era un bolsito negro con lentejuelas, de fiesta, me encanto, lo usaría mucho de ahora en adelante. El siguiente para Jessie, de Hayley, Era una camisa genial, que le hacía juego con las zapatillas.
Nos habíamos puesto de acuerdo para comprarlo. El siguiente era el último. Y mío. Era de Jack. Lo abrí, y me dio hasta pena, era una caja tan bonita… dentro había una camisa, simplemente, preciosa, de un color similar al de los zapatos. La miré un rato, y luego miré los demás regalos. Y todos conjuntaban misteriosamente.
-La eligió Hayley- dijo Jack.
-Pues es perfecta. Gracias a todos.
Después de aquello comimos galletas y los padres de Hayley fueron a buscarla. La despedí en la puerta, y le agradecí a su madre que nos prestara a su hija en unas fechas tan señaladas. Además de eso, Jessie ya se había ganado a su ‘’suegra’’. Luego, Jessie se fue al piso de arriba,  aunque no a dormir.

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