sábado, 25 de junio de 2011

quiero empezar de nuevo...


Nos sorprendieron los brazos otras tres personas, Mis tres mejores y casi únicos amigos. Alison, una jovencita guapa y feliz, Bonnie, mi amiga del alma… desde el embarazo, su madre y la mía habían sido amigas de la infancia. Y Zach, siempre había sido bueno conmigo, desde que nos conocimos en primero, uno de mis mejores confidentes. Pero odiaba que me compadecieran con sus miradas.
-Lo sentimos tanto…- Ali  se emociono, Bonnie esta simplemente cabizbaja y se mantenía a cierta distancia poniendo como conexión entre nosotras nuestras manos entrelazadas. Y  Zach rodeaba los hombros de Jessie mientras cuchicheaba algo, y aunque parezca mentira consiguió arrancarle una sonrisa. Pero duró poco, un coche negro se paró frente a nosotros y vi a la madre de Alison a través de la ventana de su Volkswagen  passat cc  gris. Las chicas entraron  Zach espero a que  acabaran de entrar. Y me abrazó.
- Llámame. Llámame  por cualquier cosa ¿de acuerdo?
- Gracias- volví a abrazarle antes de que se metiera en el coche y me sorprendió la madre de Alison abrazando a Jessie. Luego se despidió de mí con la mano y se fue con los tres dentro del coche. Después de eso había un Catering organizado en mi casa, yo no lo sabía, ya que había estado en casa de la abuela desde que me habían dado el alta. Y la primera vez que entraría después de casi dos meses, seria para celebrar una ‘’ fiesta’’.  Yo fui a cambiarme mientras la abuela recibía a los invitados junto a Jessie. Escogí el vestido que mamá me había comprado para la fiesta de Jessie, la fiesta sorpresa que iba a haber al día siguiente de volver de casa de la abuela…
- ¿se puede?- Jessie pregunto desde fuera, parecía algo impaciente.
-claro- me subí la cremallera de un costado del vestido.
- te…- se me quedó mirando algo ¿apenado?- te llaman, me tendió el teléfono.
- ¿pasa algo?-
- es solo… estas muy guapa- me sonrió volviendo a salir. Me puse el aparato al oído.
-¿sí?-
-¿kae?- no era cierto, no era posible,  no podía ser tan malo.
-¿Jake?- estaba a puntiiito de llorar.
-si…- noté cierta vergüenza en su voz.
-¿Qué quieres?- se que soné cortante. Pero no podía hacerlo de otra forma.
-Yo... Solo, quería darte mi pésame.
- no me vale de nada que lo hagas… si vas a desaparecer hasta dentro de tres años. De todas formas gracias por tu comprensión ¿algo más?
- creo que…
-  bueno, venga ¡hasta luego!- cerré el teléfono, y lo tiré al suelo, y salte sobre él y lo tiré contra la pared. Pobre teléfono, el no tenía la culpa. Me tiré al suelo y lo recogí, no me podía creer que tuvieran que morirse mis padres para que se dignara a llamar por teléfono. No iba a deprimirme por ese imbécil, pero si a llorar un poquito… después de desahogarme me puse los zapatos y bajé. Fue una fiesta tediosa, todo el mundo fingía más de lo que realmente sentía, y tuve que aguantarlo durante tres horas, la gente vino, comió, y con la misma se fue, exceptuando a dos o quizá tres personas que se quedaron consolando a la abuela. Después de llorar mientras me duchaba. Luego me puse el pijama, pero no tenia sueño y pensé en que Jessie tampoco, al entrar en su cuarto, pensé en que quizá nunca nadie me diera un susto tan grande como Jesse estaba a punto hacerlo. Abrí la puerta lentamente por si estuviera dormido, pero no lo estaba, sollozaba silencioso tirado en el suelo mientras se retorcía.
-¡Jesse!- susurré lo más bajo que me permito la circunstancia y corrí a su lado en el suelo.- ¿Qué te pasa? ¿¡Jesse!?¡Dime algo! – miré a mi alrededor y encontré una montaña de botes de analgésicos casi todos vacíos. -¡Dios Jessie! ¿¡Qué has hecho!?
-¿pasa algo cielo?- la abuela preguntó desde abajo.
- nada, nada, no te preocupes.- si no quería que a ella también le diera un infarto, mejor que no se enterara de esto. Levanté a Jessie por la cintura y me lo colgué de un hombro, como si llevara un saco, y lo metí en el cuarto de baño. Nada más rozar el suelo metió la cabeza en la taza y vomitó, varías veces seguidas. Hasta que se cansó, y se apoyó mientras respiraba con dificultad contra la pared. Yo tiré de la cadena, y me senté juntó a él para abrazar mis rodillas. Apoyé mi cabeza en su hombro y él me estrecho.
- de verdad… ¿Qué no encontrabas otra forma?
- lo siento, pero de verdad… que no. No te sientas culpable.
- lo intentaré, pero ahora dime como saber si no volverás a intentarlo.
- lo sabes porque con lo cabezona que eres, no voy a poder intentarlo- sonrió.                                                           
- anda… vamos- me tendió la mano. Yo iba a entrar en mi cuarto pero lo vi a el tan asustado frente a la puerta del suyo… fui hasta allí y le di un empujoncito.
- ve a lavarte los dientes, yo recojo esto- el asistió y volvió al baño y yo entre y metí todos los botes a la papelera y luego cerré la bolsa anudándola bien. El entro y colocó bien la cama, se sentó en el suelo de espaldas a mí. Yo me senté cruzando las piernas en la cama, sobre él, y le acaricié el pelo.
-quiero empezar de nuevo… quiero olvidarlo todo y a todos, quiero irme de aquí…
-¿quieres que nos vallamos con la abuela?-
- no, quiero que nos vallamos de  Old Mill lane, quiero que nos vallamos de Neilton, quiero… que nos vallamos de Washington.
-a donde quieres huir.
-¿Por qué lo dices?
-porque podemos huir juntos.- bromeé. Después de eso a Jesse le entró el sueño y los dos nos quedamos dormidos en su cama. Por primera vez en dos meses, pude dormir segura, tranquila, a gusto…

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