martes, 21 de junio de 2011

¿que era eso? ah, un papel...

Los días transcurrieron iguales, de lentos, de aburridos, de monótonos… hasta completar una semana. Cuando me dieron el alta. Luego transcurrió otro mes y medio hasta que se la dieron a Jesse. Una semana después de que su pequeño corazoncito estuviera fuera de peligro, la poca familia que nos quedaba, La abuela, Organizó un funeral en honor a mamá y papá, el había muerto un día después de ingresar en la UCI, pero, no nos contaron nada, porque no había esperanzas para él, Mamá había muerto en el acto. ¿Y ahora?, ahora, yo estaba sola, Con un Adolescente huérfano de catorce años a mi cargo, me niego a dejarlo a cargo de la abuela, suficiente tenia con perder a un marido y a un hijo en el mismo año.  Intente dejar a un lado mis pensamientos mientras duraba la misa. Cuando el cura acabo su sermón todos guardaron un minuto de silencio por mis padres. Luego, después de que La abuela rompiera el silencio poniéndose en pie se acerco a mí. Y me susurro muy bajito mientras me acariciaba la mejilla.
-muy bien cielo, lo has hecho muy bien...
- gracias abuela.- saco algo de su bolso, ¿Qué era eso?, un papel, ¿un partitura?, mi partitura, la que papá y yo habíamos compuesto juntos,
-¿podrás?- me acaricio el pelo. Yo asentí dirigiéndome al enorme piano negro de Cola que había en el lado derecho de la capilla, y abrí la tapa. Me temblaban tanto las manos. Antes de empezar a tocar me volví, y vi a Jesse, sollozar en los brazos de la abuela, Empecé a tocar despacio, parecía que tocaba notas totalmente  distantes. Hasta que tomé el ritmo.  Y me enrabieté al notar las lagrimas en mi cara, mientras recordaba todas las tardes en las que papá y yo nos habíamos pasado junto al piano, como si  no hubiera nada mejor que hacer, en ese momento, así lo sentía, ya no podía más, me sentía tan sola, frágil, desprotegida...  Me levante y salí corriendo, dejando las puertas abiertas tras de mí. Levante la cabeza al cielo y cerré los ojos y deje que los primeros copos de nieve del invierno caer sobre mí, sobre mi cara y mis manos. Hacía frío, pero no era un frio incomodo, no para mí. Me sorprendieron los brazos de Jesse alrededor de mi cintura.
- Lo siento- lo estreche fuerte.
-¿Por qué?
- por esto.
-¿sabes?, alguien me dijo, esto podría haber pasado cualquier otro día…- noté como sonreía. Me gustaba saber que siempre tendría mi escondite cálido entre  los brazos del mejor hermano del mundo.





(que conste que ODIO a miley cirus y todas sus peliculas, pero respeto mucho a sus fans, y tiene algunas buenas canciones :)

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