sábado, 18 de junio de 2011

The first chaptr.


En cuanto al deseo, siempre creí que sería algo que podría evitar, que podría controlar, pero… ¿sabéis que?... no podía. Él me enseñó, que uno no puede controlar el deseo, ni el amor, al igual que por ejemplo: el dolor.  Los sueños, O quizá, las pesadillas…
-¿kaeileh?, ¡Kaeileh!¡kaeileh Wild! ¡Te estoy hablando!-. Mamá me llamó, otra vez, para variar un poco, llevábamos discutiendo todo el maldito camino. Volvíamos de casa de la abuela, Era el cumpleaños de Jessie, mi pobre Jessie, y por una vez que íbamos a la casa de la abuela, una vez, en todo el año, Papa tenía reunión de trabajo, Maldita sea. Llevábamos toda la semana sin vernos, o no coincidíamos, o se peleaban, o yo estaba hasta arriba de exámenes para acceder al bachillerato. Éramos una familia tan feliz… recordaba mi vida… Jake, y yo, SOLO Jake y yo, luego llegó Bella, y nos distanciamos, hasta que se encerró en él, y no volvió a escribirme, Llego a contarme que se iban a casar con el tal Edward, y que  volvió embarazada de la luna de miel, que poco después murió. Entonces desapareció por completo.
- ¡Kaeileh!, ¡sube la maldita ventana!- mamá estaba histérica,  mientras hablaba por el móvil, era papa, venia de camino.
- ¡deja de gritarme de una vez!-
-¡Ojala vosotros tampoco estuvierais aquí!- aquello fue un golpe bajo para Jesse. Se mantuvo cabizbajo y dejo caer sus lagrimas, era el día de su cumpleaños, debía  haber esperado al menos a que pasara el día de su cumpleaños para desearle que ojala no hubiera nacido.
-¿¡estas contenta!?
- yo...
-¿tu?
- vamos cielo, sabes que….Intento disculparse… muy tarde.
- venga ya... cállate.
- Jessie…
- ¡Cállate!, ¡cállate de una vez!
- ¡Justeace Wild!
- No me lames así - se puso los cascos y apretó los ojos.
- para el coche- dije poniéndome la mochila.- vamos Jess.- le toque el hombro. Y él se derrumbo, y se puso a llorar.
- ¿Por qué?- ¿era imbécil?
-¿¡no es obvio!? ¿¡No le ves!?¡Para el jodido coche!- ella frenó en seco y mientras nosotros bajábamos ella tiró su móvil contra el cristal.
-¡Lárgate!, no das más que problemas.- arrancó el coche
-¡La odio!- Él dio una patada al aire mientras reprimía las lagrimas. Yo le rodeé con el brazo. He intente tranquilizarlo,  Los faros del coche de papá nos iluminaron  directamente. Se bajó rápidamente y nos abrazo a los dos, el se mataba a trabajar y no había defecto posible en el. Me besó la frente, y Jessie lo estrecho muy fuerte.
-¿estás bien?- se refirió a Jesse.
-sí, si… es solo que… - escuchamos un derrape de ruedas, y un choque, un choque muy violento, tenía miedo de volverme. Mis temores se confirmaron cuando mi padre echó a correr desesperado. Me giré, y vi todos aquellos coches volcados, y las llamas por el suelo, luego encontré el coche de mamá. Dios mío. Vi, el borde del suelo difuminado por el calor, y aquella enorme mancha de gasolina bajo el coche.
-¡Papa!- para cuando quise reaccionar, Jessie, ya se había puesto a correr como un loco.
-¡Jess!- yo corrí tras él, y a pocos metros pude cogerle el hombro y tirar de él. Solo podía llorar. La explosión fue más fuerte de lo que esperaba. Mi cuerpo no respondía, incluso cuando Jessie se me zafó de los brazos y corrió hacia aquella enorme bola de fuego, Lo que de verdad no me esperaba que hubiera una segunda, a pesar de los cristales que magullaron su cara, siguió corriendo, pero una pila de trozos de metal ardiente le bloqueaba el paso. Dio puñetazos y patadas y acabo por caer de rodillas al suelo, mientras lloraba mirando al cielo, que nos demostró su ironía, mientras dejaba caer diminutas gotas de lluvia. Que fueron creciendo hasta convertirse en verdaderos gotones, que apagaron el fuego por completo. Acabé por caer al suelo. Podía ver el cielo, y las sirenas de la ambulancia aunque no claramente, Vi a Jessie caer de lado al suelo, y a un par de sanitarios ponerlo en una camilla, me dio un susto de muerte el tacto de la manta que me habían puesto encima, un sanitario me levanto y me metió en la ambulancia, me puso una mascarilla. Y aunque comprobó mis pupilas y me pregunto por mi nombre, y si sabía lo que pasaba, yo no podía hacer nada, no podía decir nada. y acabé por perder el conocimiento.

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